01 agosto, 2008

Nueva Vía Pichis: una vía más para persistente modelo de destrucción

Construyendo para destruir.

Por César A. Ipenza Peralta.


Una grave amenaza pende sobre una parte de la selva-central por la construcción ilegal de la carretera denominada Vía-Pichis, que fragmentaría el Bosque de Protección San Matías-San Carlos- BPSM-SC.

Extraoficialmente se sabe que quienes impulsan el proyecto desde Pichanaki (Junín) son grupos madereros, con el único interés de extraer madera que aún existe en el BPSM-SC y que apetecen. Es ya deplorable el estado actual de la carretera Villa Rica-Puerto Bermúdez, por falta de mantenimiento, así como también la vía que conduce a Ciudad Constitución. ¿Quién nos asegura, entonces, que esta nueva vía no terminará en lo mismo y con efectos socioambientales igualmente desastrosos?

Debemos señalar que quienes impulsan esta carretera están incurriendo en delito. Desde el punto de vista técnico y administrativo, la Vía-Pichis no tiene sustento económico, social ni ambiental.

El Estado a través del MTC debe mantener en buen estado, la carretera Villa Rica-Puerto Bermúdez, y conjuntamente con el Inrena debe exigir detener el proceso. Asimismo, los gobiernos regionales de Pasco y Junín tienen que actuar.

Esta obra permitiría, si por desgracia se diera, la invasión del ANP hasta hacerla inviable, al fragmentarla. También contribuirá a la invasión de los Cerros de la Sal y al impacto de las cuencas altas de los ríos que fluyen hacia el Perené y el Pichis. Además de que traería graves problemas a los pueblos indígenas asháninkas y yaneshas, por el flujo de “colonos” que acarrearía y la invasión consecuente, tal como ha ocurrido en las provincias de Satipo y Chanchamayo, donde tienen serios problemas por haber perdido gran parte de sus tierras ancestrales.

El distrito de Pichanaki y su área “urbana” –desde donde quiere establecerse la vía– es precisamente el ejemplo de lo que no debe hacerse: ha perdido casi la totalidad de sus bosques, las tierras están degradándose paulatinamente, además de la existencia de cordones de invasión. Y su municipalidad no asume iniciativa alguna para mejorar la situación o fomentar actividades con enfoque de sostenibilidad.

No podemos permitir que un grupo de “extractores madereros” propicien y abran el camino para este persistente modelo de destrucción. Iniciativas como la de la Municipalidad de Villa Rica, de poner en relieve el tema y reunirse con todos los actores relacionados, puede ser el inicio para encontrar algunas soluciones.

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